Madame Clicquot, conocida en vida como "la Gran Dama de Champagne", fue una mujer adelantada a su tiempo. Cuando su marido murió en 1805, ella tomó las riendas con tan solo 27 años, en un momento en el que las mujeres no tenían cabida en el mundo de los negocios. Fue una creadora exigente, que buscaba incansablemente una sola cualidad, la mejor. Su tenacidad e instinto la llevaron a liberarse de su destino trazado.
Una mujer libre y ambiciosa, se atrevió a decir: "Deseo que mi marca ocupe el primer lugar en Nueva York como en San Petersburgo". Hoy, su firma es reconocida en todo el mundo como el sello de Veuve Clicquot.